"Ves, pero no observas"
- Arthur Conan Doyle (Aventuras de Sherlock
Holmes)
La labor vital de cada
individuo, independientemente de cualquier otra consideración, es crecer y madurar. Pero
esta ardua labor tiene muchos obstáculos, porque los defectos de carácter están tan
acendrados en nosotros que no siempre los podemos ver.
En muchas ocasiones tomamos como natural lo que en realidad es un defecto más, y lo dejamos pasar como si fuera parte de nosotros, en vez de reconocer que es algo defectuoso que debe ser modificado. O creemos que algo que todo mundo hace es correcto de por sí, sin reflexionar atentamente en ello, con lo que nos dejamos llevar por la mayoría. O bien criticamos despiadadamente las fallas de los demás, sin ver que esos problemas que tanto señalamos son también nuestros.
Esto último, que el Maestro definió como ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio es universal. Ocurre en familias, individuos, sociedades, gobiernos y países. Porque lo que denominamos defectos no es una falla genética o espiritual o metafísica: la imperfección realmente está compuesta por multitud de defectos concretos que se manifiestan en la vida cotidiana, en todos los aspectos de la vida común y corriente.
Nos alarmamos porque el Congreso legisla al vapor una reforma hacendaria, aprobando todo a última hora, durante la madrugada del primer día del año. La irresponsabilidad de los legisladores nos parece y nos seguirá pareciendo increíble... hasta que entendamos claramente que esos legisladores no son marcianos ni llegaron de otro planeta a gobernar, sino que son simples coterráneos que estuvieron sometidos a la misma cultura de impuntualidad e informalidad que el resto de nosotros... por eso, podemos ver filas interminables de automovilistas frente a verificentros en el último día, o gente pagando sus impuestos a última hora, o taxistas renovando placas, o ciudadanos pagando tenencia o agua o luz o teléfono o lo que sea, en el último minuto posible... lo que le pasa a los legisladores es un reflejo de la cultura de esta sociedad, ni más ni menos... ese problema de todos por igual, pero casi nadie quiere verlo...
Todo mundo se queja de la contaminación. La avalancha de información diaria nos hace creer que contaminación es destruir la capa de ozono, talar bosques, secar lagos, calentar la atmósfera o derretir glaciales... pero no somos capaces de ver que contaminación también es tirar basura en la vía pública, dejar que el automóvil propio tire aceite o tocar el claxon a toda hora...
Los periodistas denuncian acremente cuando un gobernante se brinca la ley y viola algún reglamento o aún la misma Constitución... pero nunca se habla de los miles de ciudadanos anónimos que se estacionan en lugares prohibidos, que se pasan altos, circulan a exceso de velocidad o en sentido contrario... de eso nadie se acuerda, aunque está ahí, a la vista de todos...
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