LOS MITOS, LOS HECHOS

Luis González de Alba ®

 

MITO 1

Que las culturas americanas fueron tan grandes como las de Asia, Noráfrica y Europa del sur (la del norte fue salvaje más tiempo).

HECHO 1

Medimos el avance de una cultura por el desarrollo de a) agricultura y ganadería, b) minería, c) pensamiento y arte. En agricultura, los pueblos del Viejo Mundo descubrieron la domesticación de plantas y animales cuatro mil años antes que los americanos, en buena medida porque partieron de mejores plantas y animales silvestres. En minería medimos las culturas por “edades”: la edad de piedra, cuando los instrumentos principales eran de piedra; la de bronce cuando se descubrió y empleó esa aleación; de hierro cuando las armas de ese metal vencieron a las de bronce. Bien: todos los pueblos americanos permanecieron en la edad de piedra, ninguno descubrió el bronce ni mucho menos el hierro; eso contribuyó, en mucho, a su derrota cuando se encontraron frente a las tropas europeas. Para la expresión del pensamiento resulta indispensable la escritura; los pueblos americanos no desarrollaron nada comparable a la escritura china, caldea o fenicia. En arte algunos pueblos americanos presentan obras maravillosas en pintura y escultura; pero su arquitectura es pobre porque no inventaron la manera de espaciar las columnas y cuando las emplearon fueron de lo más rudimentarias. En cambio, la arquitectura panorámica de Teotihuacán y Monte Albán está a la altura de cualquiera como diseño de paisaje. Hubo en mayas, incas y aztecas observación acuciosa de los astros, cálculo matemático, pero eso no se convirtió en astronomía porque no buscaron las explicaciones en los astros mismos, sino en los dioses. Por eso no pasaron de la observación y la predicción a la ciencia, ni siquiera ciencia equivocada. Con sus observaciones del cielo, los mayas hicieron más religión.


MITO 2

Que los españoles destruyeron el imperio maya.

HECHO 2

El imperio maya tuvo su último esplendor hacia el año 700 de nuestra era y su agonía se prolongó hasta casi el 900. Cuando los españoles llegaron a esa región hacía, pues, 600 años que sólo quedaban tribus dispersas con lenguas que ya no se comprendían entre sí. Las grandes ciudades mayas no las conocieron ni los conquistadores ni los conquistados porque estaban cubiertas por la selva desde siglos atrás. Fueron comenzadas a descubrir en el siglo XIX, mil años después de abandonadas. La caída del imperio pudo deberse, entre diversos motivos, a la peor sequía en siete mil años, según se ha comprobado con sedimentos de lagos en Yucatán. Además, por supuesto, hubo motivos políticos: una jerarquía que no supo resistir los años sin lluvia, y sociales, como el deterioro de las tierras causado por los métodos de tumbar y quemar selva, método que lava la tierra.


MITO 3

Que los españoles conquistaron a los aztecas.

HECHO 3

La gran ciudad de Tenochtitlan y sus alrededores sumaban algo así como medio millón de habitantes. Era quizás el conjunto urbano más grande del mundo en el siglo XVI. Los españoles llegados con Hernán Cortés no pasaban de 300. Pero los aztecas eran de tal manera odiados por los pueblos vecinos subyugados, que no fue difícil sumar a decenas de millares contra el temido y aborrecible imperio. La gran masacre de agosto de 1521, con la que comenzó a formarse México, tuvo lugar entre indios comandados por españoles e indios aztecas que aún tenían armas de la edad de piedra: garrotes incrustados de piedras filosas. Armas que, en lo que fue luego España, habían sido superadas por las de bronce 4,000 años antes.

MITO 4

Que durante 300 años de gobierno español el pueblo mexicano estuvo oprimido por un poder extranjero.

HECHO 4

El “pueblo mexicano”, al momento de la Conquista, no existía. En lo que sería México había una multitud de culturas diversas, unas se consideraban a sí mismas civilizadas y otras eran tenidas por los civilizados, por ejemplo los aztecas, como salvajes y las llamaban chichimecas. En efecto: los aztecas ya eran un pueblo sedentario cuando las tribus del norte seguían formadas por cazadores-recolectores. Así pues, unos y otros se veían con desprecio y no tenían ningún sentimiento de nación como conjunto. El sentimiento de pertenencia a un pueblo tuvo su nacimiento precisamente con la Conquista y la asimilación de todas las naciones indias en la unidad política llamada primero Nueva España y luego México. Con los siglos, mestizos y criollos crearon por primera vez lo que podríamos llamar “identidad mexicana”.

MITO 5

Que la Independencia fue la recuperación, por parte de los mexicanos, de su nación, perdida 300 años atrás con la Conquista española.

HECHO 5

No se puede recuperar lo que no existía, y no existía ni la nación mexicana ni la identidad de “pueblo mexicano”. La Colonia fue más bien el largo periodo de gestación que terminó en un doloroso parto una vez que la criatura, ahora sí nombrada “pueblo mexicano”, pudo vivir como individuo distinto. Para que existiera México fue necesario un cambio de población humana, animal y vegetal. Llegaron de fuera no solamente barbas y bigotes, sino pan, trigo, arroz, cebada, avena, los caballos de nuestros charros, los burros de nuestros indios, las vacas con su leche y sus quesos, los cerdos para las carnitas, borregos, naranjas, limones, zanahorias, las sandías de Tamayo, los fresnos de nuestras calles, jacarandas, mangos... casi todo lo que muestran nuestros coloridos mercados.


MITO 6

Que la Independencia la debemos al cura Miguel Hidalgo.

HECHO 6

La rebelión del cura Hidalgo, iniciada en septiembre de 1810, no cumplió ni el año. A mediados de 1811 ya habían sido detenidos, fusilados y decapitados él y los insurgentes que nos darían calles, avenidas y monumentos, pero no independencia. México no alcanzó su independencia hasta diez años después, en 1821, sin guerra ni sangre: por un pacto, por una negociación entre el Ejército con sus criollos y mestizos de una parte, y el nuevo y sensato virrey.


MITO 7
Que el presidente Antonio López de Santa Anna vendió Texas, California, etcétera.

HECHO 7
Los texanos se declararon independientes de México porque no soportaron más la tiranía de Santa Anna ni las leyes para el control de la inversión ni la exigencia de ser católicos. Eran inmigrantes europeos que venían a América huyendo de las excesivas regulaciones para la producción y para el capital en sus países de origen y se encontraban con lo mismo en la Texas mexicana. Una vez independizados, los texanos pidieron su anexión a los Estados Unidos, entonces una nación pequeña que sólo tenía costas al Atlántico, pero con libertades para el trabajo y el capital que no existían en Europa ni aquí. El enorme y poderoso México había dicho que consideraría casus belli (motivo de guerra) esa unión. Los Estados Unidos, que ambicionaban muchos años antes extenderse hasta el Pacífico, declararon la guerra que México no deseaba, aunque hubiera ocurrido el casus belli, y la ganaron porque ya entonces la libertad de comercio, la libertad de religión y las facilidades para la industria, que no existían en el siempre proteccionista gigante del sur, los habían convertido en una potencia media.


MITO 8

Que la Revolución de 1910 fue para derrocar a Porfirio Díaz.

HECHO 8

Francisco I. Madero, sin derrotar al Ejército, consiguió la dimisión y huida del dictador, llamó a elecciones, las ganó y tomó posesión de la Presidencia. Todo en un año. Pero la revuelta comenzó cuando Emiliano Zapata, a los 20 días (sí: a los 20 días) del nuevo gobierno democráticamente elegido, se levantó en armas contra el presidente Madero.


MITO 9
Que Zapata se levantó en armas por "Tierra y Libertad".

HECHO 9

El motivo central que da el propio Zapata en su Plan de Ayala es que no le gustó que para la vicepresidencia hubiera ganado las elecciones José María Pino Suárez. La tierra la menciona en segundo término y no pide expropiaciones, sino reparto agrario con pago de las tierras repartidas. Cada jefe militar o político, empezando por Zapata, siguiendo con Victoriano Huerta, tuvo sus razones para alzarse en armas y pelearon todos contra todos. No hicieron las paces sino hasta tiempos de Calles y la fundación de un partido que los puso a hacer cola disciplinadamente en vez de dispararse. El mismo que duró en el poder el doble que Porfirio Díaz y que vimos caer apenas el 2 de julio del año pasado.


MITO 10

Que somos un país pobre porque Estados Unidos nos tiene las venas abiertas.

HECHO 10

Pudimos ser nosotros los que abriéramos las venas de los pequeños y dispersos Estados Unidos. Pero no supimos atraer la mano de obra europea, calificada y barata, que emigraba de sus países con cada crisis, en busca de mayores libertades. Aquí, desde Morelos con sus Sentimientos de la Nación, remachamos lo que los europeos ya no soportaban: la religión única, los fueros, las regulaciones estatales para toda transacción entre ciudadanos. Huir de Inglaterra, Alemania o Polonia para ir a México, donde el catolicismo era obligatorio, la industria bloqueada como ahora con todo tipo de regulaciones y firmas y sellos y permisos, era saltar del comal al fuego. No tuvimos obreros de la siderurgia, de los textiles, de las minas porque les pusimos todas las trabas imaginables y porque existía, y todavía en muchos sectores existe, la certeza autocomplaciente de que con las artesanías de nuestros pueblos indios nos basta y sobra. Como los artesanos ingleses y franceses de la porcelana prefirieron la libertad que ofrecían las recién independizadas colonias inglesas, seguimos produciendo platos de barro, rechazados en todo el mundo por su alto contenido en plomo y porque todos salen chuecos.


MITO PILÓN

Que la guerrilla y la delincuencia son producto de la pobreza.

HECHO PILÓN

A la guerrilla se van los universitarios, rara vez los pobres. A la delincuencia se van los ex policías, ya con callo en golpear y matar.

Fuente: Desconocida. Si sabes de donde proviene este artículo, escíbenos.

Luis González de Alba. Escritor. Su más reciente libro es "El burro de Sancho y el gato de Schrödinger" (México, Paidós, 2000).


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